Cada año se excavan millones de toneladas de tierra en las principales metrópolis del mundo. Extraemos tierra, un material muy valioso, y la desechamos como si se tratara de escombros, o la almacenamos debajo de carreteras, zonas ajardinadas, etc.
¿Y si empezáramos a reconocer que la tierra de excavación es un recurso, y la utilizáramos para construir? En París, esto ya es realidad. El Proyecto Cycle Terre, lanzado en 2018, aporta una posible respuesta a un interrogativo muy actual: como aplicar el principio de la economía circular en la construcción.
Las obras del Grand Paris: 400 millones de toneladas de tierra
En la capital francesa, la gestión de la tierra de excavación representará un problema importante en la próxima década debido al Grand París Express, un proyecto de ampliación de la red de metro de París y de su área metropolitana, con la prolongación de algunas líneas de metro y la creación de cuatro nuevas.
Las cantidades de residuos o recursos en juego, son imponentes: las previsiones de las excavaciones de tierra se mueven entre 20 y 35 millones de toneladas por año, para un volumen total de 400 millones de toneladas generadas antes de 2030[1].
Placas, bloques y revocos a partir de la tierra de excavación
Lanzado en 2018 gracias al programa europeo Actions Innovatrices Urbaines, destinado a la implementación de soluciones innovadoras para las ciudades, el Proyecto Cycle Terre encara los retos de la gestión de la tierra de excavación donandole una nueva vida.
Se recolectan las tierras excavadas no contaminadas en Sevran, una comuna de 50,000 habitantes del area metropolitana de Paris, cerca de las principales obras. Aqui se està ultimando la construcción de una fabrica de materiales de construcción, con estructura mixta y rellenos de paredes de bloques de tierra comprimida, diseñada por los arquitectos Joly + Loiret.
A partir de octubre la fabrica, gestionada por una sociedad cooperativa, producirá tres gamas de materiales de tierra para la construcción: una gama de placas de arcilla y fibra vegetal (una alternativa ecológica al carton-yeso), una de bloques de tierra comprimida y una de morteros y revocos de arcilla. El objetivo a medio plazo es de 25,000 m3 de tierra reutilizada cada año.
La fábrica contratará inicialmente a 15 personas, el proyecto se propone contribuir al desarrollo de la economía local, en particular a través de un ambicioso proyecto de formación con cursos específicos para la instalación de estos materiales, puesto en marcha por la municipalidad de Sevran.
El proyecto està gestionado por el Ayuntamiento de Sevran asociado con otros 11 socios, entre los cuales la consultoría Antea Group, los arquitectos Joly+Loiret, la asociación CRAterre y Amàco, y las instituciones del área metropolitana.
Los materiales de construcción producidos en Sevran serán utilizados a km 0, en las obras públicas y privadas de la misma area metropolitana. Escuelas, centros culturales y sobre todo el nuevo conjunto de viviendas, oficinas y otras actividades en Ivry-sur-Seine, un conjunto de 60,000 m2. La entrega está prevista para 2024, y está diseñado por los arquitectos Joly+Loiret juntos con el arquitecto chines Wang Shu, ganador del premio Pritzker 2012, el «Nobel de Arquitectura».
Una oportunidad para difundir el uso de tierra no estabilizada
«Trabajaremos con tierra natural de material excavado, no contaminada», insiste Silvia Devescovi, responsable del proyecto en el ayuntamiento de Sevran. La materia prima reutilizada se mezclará con arenas y fibras vegetales de diferentes tipos, como paja picada, guata de celulosa y cáñamo. Unicamente una pequeña parte de la producción de bloques de tierra comprimida, destinada a las partes más expuestas de los edificios, contendrá un porcentaje de cemento.
Actualmente, la casi totalidad de bloques de tierra comprimida comercializados en el mundo están estabilizados con cemento o cal, principalmente para que sean mas resistentes a los impactos durante el transporte y al contacto con el agua a lo largo de la vida del edificio. Explica Paul-Emmanuel Loiret, arquitecto y presidente de la sociedad cooperativa que gestiona la fabrica: «La mayoría de los bloques será realizada sin cemento ni cal, lo cual constituirá un reto importante para difundir la construcción con tierra no estabilizada como alternativa ecológica.»
Cycle Terre ha financiado en el marco del proyecto la certificación del proceso constructivo de las paredes de bloques de tierra, y ha optado por publicarla y difundila, lo cual permitirá replicar esta técnica constructiva en diferentes obras sin necesidad de nuevas certificaciones ni ensayos. Explica Silvia Devescovi: «Nuestro objetivo es crear una base para hacer de la construcción con tierra una técnica común».
Un ejemplo para las ciudades ibéricas?
El presupuesto del proyecto es de 6,1 millones de euros, de los cuales 4,9 miliones fueron financiados por la convocatoria europea Actions Innovatrices Urbaines. Para Silvia Devesconi, la reflexión ahora se centra en la posibilidad de replicar esta primera experiencia en otras ciudades franceses y europeas, que es uno de los objetivos del proyecto.
Actualmente se està organizando una presentación del proyecto en el area metropolitana de Barcelona, para evaluar su potencial de replicación.
Esperamos que sea la ocasión para valorar las posibilidades de la tierra para la transición hacia una arquitectura circular y a km0, que no necesite explotar nuevos recursos y pueda donar una nueva vida a los materiales.
[1] (Fuente: PREDEC)

©Amaco, Los bloques de tierra de excavación comprimida